martes, 12 de enero de 2010

EXPLORACIÓN...

Es tarde, las luces citadinas se opacan con la niebla. No me canso de desenterrarte y recorrerte con la mirada, con el tacto. Recorro con firmeza las cuencas de tus ojos, palpo tus pestañas con cuidado de no quebrarlas. No respondes, nunca lo hiciste. Percibo tu olfato y dibujo el borde de tus labios con ansias de responder a mis propias preguntas.Tu cuello, la mancha café de mis mordidas en tus pliegues desdibujan el trazo de la yugular. Entre tu pecho y el ombligo ¿Dos mil?, ¿unos?, ¿Yo?. No contestas. Inhalo tu hediondez y me acerco con premura a tu sexo, pierde su exquisitez al intentar descubrirte. Te quedas callada. Espero que esta vez musites sus nombres. ¿Sientes el roce de mis manos en tu cuerpo?.¿Acaso alguna vez te ofrecieron las mismas caricias?. En el trayecto, tropiezo con las rodillas, los muslos están más duros que otros días. Tus pies magentas iluminan el cesped con el paso de la noche.Es el alba. Devuelvo el féretro a su tumba. Aún no contestas.

miércoles, 6 de enero de 2010

TRIBULACIONES DE UN ÉXODO CORPOREO

La tercera falange del índice derecho amanece agotada. Sin embargo, aún quedan fuerzas para pasearse en Ella. Como es de suponer el viaje inicia alrededor de los labios, que recorre con brusquedad terminando de manchar en ellos el labial rojo pasión que usa en sus jornadas expectantes. Baja hasta los pechos, sin olvidarse de pasar por la manzanita de Adán que se hace juguetona cuando la vocecilla jadea. Al llegar a sus pezones instigadores, dibuja el recorrido de las manecillas del reloj y marca el tiempo que se extingue. Mientras los segundos se hacen polvo, el camino trazado se prolonga al vientre cayendo en la humedad propia de una fémina marchita. La fuerza del brazo lánguido se filtra sobre el corpóreo viajero, quien agotando esfuerzos perece en el líquido mortal que alimenta la sed de expiración de Ella, su carnal propietaria.

ALUMBRAMIENTO TRANSEÚNTE.

Antes que las primeras luces del alba se asomen, salgo a buscar un útero de lata. Hago mi elección sin algún cuidado, me trepo como un arrugadito y húmedo ovulo en el órgano ambulante. Observo a los muchos habitantes de este pequeño espacio, al parecer todos los espermas fecundaron y se reduplicaron por montón. Entonces evoluciono en un feto resbaloso, me impulso en medio de mis compañeros de habitáculo momentáneo. Unos me piden que abra la boca para acomodarme sus extremidades, otros en cambio, corren sus traseros para que pueda acercarme hasta la oxidada vagina. En el trayecto, el útero se sacude. Hay unos fetitos precoces que gritan y sollozan, emitiendo sonidos que no servirán de nada. Encuentro un sitio denso donde me puedo "acomodar". Huele a arvejas, pepitoria, sancocho, pedos, sudor. Los párvulos seniles se siguen multiplicando.

Es hora de emerger, afortunadamente quede a tres pasos de la vulva que se abre y se cierra mientras unos obstinados fetos cuelgan de su clítoris de caucho. Hago vibrar el útero tocando su punto sensible. Un frenazo mortal arroja a uno de las criaturas una cuadra antes. Nadie ve nada. Intenta expulsarme, pujo mientras el útero me vomita como puede. Primero la cabeza, sin enredarme con los diez mil cordones umbilicales de lona, luego el brazo derecho y la mitad del tronco, espero parirme completa. Salen las piernas y un aire cargado de smock recorre mi sudoroso cuerpo. Volteo a ver, el útero de lata se aleja. No importa, mañana vendrá otro por mí.

HOJA BIEN ABIERTA...

DESOCUPADO LECTOR: mientras en sus ojos se dibujan algunas formas, grafos, figurillas multiformes; de mi hoja se escapan vagos recuerdos de lo que he sido y jamás dejaré
de ser: un mísero objeto de su morbo, de sus ganas de satisfacer un curiosidad
quizás absurda, quizás suprema. ¿Se ha puesto a pensar que mientras
sacia su sed de lectura se está llevando mis palabras? ¿Busca usted
descascararme para llegar a una pulpa que tal vez jamás encuentre?
Parece que su sevicia llega demasiado lejos. No es por la tinta, ni
por la premura que me agoto en esta hoja. Quizás es hora
de partir y verlo solo, ahogado en su página en blanco
para que se defienda sin mí. ¡Lo reto a que truene
sus dedos y me haga aparecer!. ¿Sabe algo?,
ahora que se acaban las letras, me gustaría
humillarle viendo su rostro pálido
mientras desaparezco, reirme al
contemplar como retorna
línea a línea todo mi tesoro
y se queda como inicio:
desdichadamente
incompleto y
SOLO.

REALIDAD

Soñé sumergirme en el aroma de tu piel. y desperté ahogada con tu angustiante recuerdo.

DOS CUERPOS

“I’m a spy in the house of love,
Another dream that you dreamin`on
I know the words that you long to hear
I know your deepest secret fear"

Nuestros cuerpos se acercan lentamente, hay gruñidos en los vientres que avivan la necesidad de explorar al otro. Hoy como tantos días, soy la mejor espía de tu cuerpo. Aguzo la percepción táctil y comienzo a probarte, mi espíritu vampiresco me pide a gritos un poco de tu sangre. Te niegas, con golpecitos pélvicos te convenzo. Muerdo tu vientre, tu pecho, tu sexo. Me enloquezco mientras arranco tu piel. Gritas, con cada uno de tus lamentos me siento objeto- sujeto de un deseo mutuo que no se muere. Hay dolor, un intenso orgasmo compartido. Lloramos, después de ese instante la plenitud es inexistente.