miércoles, 6 de enero de 2010

TRIBULACIONES DE UN ÉXODO CORPOREO

La tercera falange del índice derecho amanece agotada. Sin embargo, aún quedan fuerzas para pasearse en Ella. Como es de suponer el viaje inicia alrededor de los labios, que recorre con brusquedad terminando de manchar en ellos el labial rojo pasión que usa en sus jornadas expectantes. Baja hasta los pechos, sin olvidarse de pasar por la manzanita de Adán que se hace juguetona cuando la vocecilla jadea. Al llegar a sus pezones instigadores, dibuja el recorrido de las manecillas del reloj y marca el tiempo que se extingue. Mientras los segundos se hacen polvo, el camino trazado se prolonga al vientre cayendo en la humedad propia de una fémina marchita. La fuerza del brazo lánguido se filtra sobre el corpóreo viajero, quien agotando esfuerzos perece en el líquido mortal que alimenta la sed de expiración de Ella, su carnal propietaria.

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